Entrevista a Gert Johansson
La fundación Dispurse fue creada en 1993 por el emprendedor Gert Johansson con el propósito de ofrecer oportunidades de formación a mujeres jóvenes desfavorecidas, sobre todo en Sudamérica. Hoy nos hemos reunido con Gert para que nos explique el camino recorrido hasta hoy. ¡Acompáñanos!
- ¿Por qué creaste Dispurse?
- Fueron muchos los factores que dieron lugar a ello. Cuando mis dos hijas terminaron sus estudios comprendí que necesitaba una motivación y comencé a reflexionar sobre la problemática con la que me solía encontrar en mi trabajo por el mundo: la gran cantidad de mujeres que hay, y que nunca han tenido la oportunidad de participar en el desarrollo social por tener una formación básica deficiente o inexistente. En mi opinión, ello supone no solo una amenaza contra el individuo en sí, sino también contra el progreso, la democracia y el humanidad en nuestro planeta.
Con el tiempo, la empresa que fundé en 1971 empezó a tener excelentes resultados. Contaba con un gran número de empleados altamente calificados que me permitían disfrutar tanto de tiempo como de una buena posición económica. Inicié entonces un diálogo con mi abogado Peter Wåhlin y mis hijas sobre cómo poner nuestro granito de arena para promover un cambio positivo, aunque fuera mínimo.
Dicho diálogo desembocó en la constitución de la Fundación Dispurse y en la creación de becas para que muchachas de pocos recursos de otros países, pudieran mejorar su formación y convertirse así en un factor positivo dentro de sus respectivas sociedades. De hecho, la primera persona becada estaba en Perú.
- Por lo tanto, comenzaron en Perú, pero me consta que también han trabajado en Rusia y Líbano, aunque ahora trabajan en Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú. ¿Por qué?
- Efectivamente. Nuestra estrategia siempre ha consistido en tratar de ayudar en aquellos lugares donde están peor las cosas en lo concerniente al derecho a la educación de la mujer. Existen varios motivos por los que las mujeres no disfrutan de esa oportunidad, entre ellos, la pobreza. En este aspecto, podemos influir nosotros. Hemos tratado de encontrar aliados en el mundo árabe y en Rusia, pero siempre nos topamos con alguien ajeno a este ámbito en una posición de poder que pretende beneficiarse de la ayuda, cosa que no aceptamos. Hemos trabajado con nuestras becas por todo el mundo y hemos podido apreciar que rendían frutos, no en una medida tal que propiciara un cambio en el conjunto de la sociedad, pero sí logrando que más mujeres completaran estudios hasta un nivel universitario. Estas mujeres posteriormente se han convertido en excelentes embajadoras de nuestras actividades y realizan una gran contribución en sus países en el campo de la medicina, el derecho, la economía y la enseñanza.
Tratamos en todo momento de mejorar nuestra red de contactos global y nos lanzamos a la búsqueda también en aquellas partes del mundo con una mayor necesidad y donde considerábamos que podíamos aportar más. Entendimos que en zonas necesitadas de África ya actuaban otras organizaciones. Sin embargo, ninguna de ellas, o solo unas pocas, trabajan en Sudamérica, así que nos centramos ahí. Es cierto que hemos financiado algunos proyectos de suministro de agua en escuelas de la zona este y centro de Kenia, pero ahora, insisto, hemos fijado nuestra mirada en América del Sur.
En Sudamérica viven más de 420 millones de personas, de las que, según las estimaciones, un 20-30% son analfabetas y carecen de toda noción sobre aritmética. Si quieres hacer algo, hay que empezar por donde están peor las cosas. En caso de conseguirlo, podrás enfrentarte a todo lo demás. Hemos construido escuelas y guarderías en Bolivia y Perú, que han mejorado las posibilidades de la población. Asimismo, hemos establecido una adecuada red de contactos en estos países, lo que nos ha permitido destinar la ayuda donde más se necesitaba.
El hecho de que ahora hagamos hincapié en Perú se debe a nuestra colaboración con Gerd Dahlin-Öberg, una maravillosa mujer que lleva más de tres décadas trabajando para el Ejército de la Salvación tanto en este país como en Bolivia. Su red de contactos nos ha ayudado mucho.
- Poco a poco han ido también intensificando sus esfuerzos, lo que ha permitido ayudar a más gente. Ahora bien, si realmente hay más de 80 millones de sudamericanos que no saben leer, escribir ni realizar cálculos básicos, van a tardar muchísimo tiempo en solucionar este problema.
- Por supuesto. Nosotros también somos conscientes de ello, pero no debes dejar de ayudar a las personas que puedas por no tener la posibilidad de hacerlo con todo el mundo. Naturalmente, confiamos en que otros también ayuden y que las personas que reciben formación se conviertan igualmente en las pequeñas piezas del rompecabezas que se necesitan. Es importante emprender iniciativas que cambien el mundo para bien.
Cuando establecimos contacto con Gerd en Perú, discutimos largo y tendido sobre el mejor modo de convertirnos en la fuerza que haga rodar la bola de nieve por la pendiente. Nos preguntamos sobre la raíz de la pobreza y de otros problemas que aquejan a Perú. Resultó que el analfabetismo es, con diferencia, la principal causa de la pobreza que podemos observar. Hay más de un millón y medio de peruanos que no saben leer, escribir ni realizar cálculos, de ellos aproximadamente un 75% son mujeres. Estas personas a menudo son marginadas de todo lo que implica la democracia, suelen quedar fuera del mercado de trabajo y, si logran un empleo básico, reciben casi siempre una remuneración ínfima. Es aquí donde debemos actuar y hallar vías para hacerlo más rápido.
- Pero Dispurse es una pequeña fundación sueca. ¿Cómo generan recursos a tal fin?
- Indudablemente, Dispurse es un actor modesto en un mundo extenso que subsiste en la actualidad, gracias a los dividendos que logramos obtener del capital invertido en nuestra fundación. Pero cuando eres pequeño tienes que pensar de forma diferente.
Hace unos seis años, comprendimos que teníamos que acelerar el proceso de aprendizaje y crear una plataforma que permitiera al propio individuo gestionar su progreso. Con el aumento de la capacitación, las personas se transforman también en recursos para aquellos que vienen detrás del proceso de formación. Hemos reflexionado ampliamente en torno a esta problemática, lo que ha dado lugar a una aplicación.
Nuestra aplicación ha sido probado a 4.000 metros de altura y en el desierto.
En el 2012 realizamos un estudio tras lo que comenzamos a colaborar con neurocientíficos, pedagogos y expertos en medios digitales para la creación de una plataforma concebida para promover en la medida de lo posible el autoaprendizaje. Aunque no ha resultado un proceso sencillo, lo hemos probado, desechado y vuelto a ensayar con alumnos peruanos, bolivianos, ecuatorianos y colombianos. Lo hemos sometido a prueba a 4.000 metros sobre el nivel del mar, en el desierto y en un campo de refugiados de Colombia, y ahora, cinco años más tarde, disponemos de un producto final. Hasta el momento hemos obtenido excelentes resultados. Consideramos que la aplicación está lista para su lanzamiento a gran escala.
- Cinco años se percibe como muchísimo tiempo para desarrollar una aplicación, ¿no?
- Es bastante tiempo, pero como digo, nuestros recursos han sido limitados. No quiero dar a entender que ese sea el motivo principal de la demora. Lo que ha requerido más tiempo es comprender cómo debe realizarse el aprendizaje en sí. Se trata de una técnica completamente diferente, no basada en una persona, en este caso un profesor, que te orienta en todo momento. Consiste en ir adquiriendo los conocimientos tú mismo, prácticamente desde cero. Entre los principios fundamentales de nuestra labor están que la formación ha de ser individual y que los alumnos puedan estudiar en el momento y lugar en que tengan posibilidad de hacerlo. Otro elemento importante es que el estudio debe poder interrumpirse en un momento determinado y reanudarse en el punto donde se haya dejado. Nos vimos obligados a crear nuestra propia pedagogía, un proceso en el que hemos contado con muchos expertos dentro de un gran número de áreas, con el fin de lograr el máximo aprovechamiento posible.
Si nos fijamos en nosotros, aquí en Suecia los niños tienen constantemente a alguien cerca capaz de leer, escribir y efectuar cálculos. Ello permite transmitir enseñanza, es decir, la sociedad atesora un conocimiento básico. Por el contrario, si observamos la parte más desfavorecida de la población de los países donde actuamos, no hay a quien recurrir, y si, contra todo pronóstico, hubiera personas capaces de enseñar, son tan escasas que requeriría demasiado tiempo. Con nuestra apuesta nos proponemos intensificar el ritmo e incrementar el número de alumnos formados para que, a su vez, estos puedan ejercer de recursos respecto a otros. De este modo conseguimos el efecto de bola de nieve pretendido.
- Sin embargo, 400 personas parece una cifra insignificante cuando solo en Perú hay más de un millón y medio no alfabetizadas y sin conocimientos de aritmética.
- Dicha cantidad es un buen comienzo. Además, esas 400 han participado con nosotros en el trabajo de desarrollo. Ahora que sabemos que funciona, estamos invirtiendo en la distribución de tabletas electrónicas con nuestra aplicación instalada a una escala completamente diferente. Estamos hablando al día de hoy de un objetivo de 25.000 estudiantes en los próximos tres años. Si logramos que estos nos ayuden en el paso siguiente, la bola de nieve rodará y tal vez en unos pocos años más multiplicaremos el resultado. Actualmente es solo nuestra economía la que nos impone límites.
- En tu opinión, ¿cuál es el nivel de conocimientos que poseen los alumnos que han completado el programa en relación a los alumnos de Suecia?
- La duración del programa es individual. Ello, por tanto, también es aplicable a su nivel de conocimientos. Ahora bien, generalizando un poco, diría que poseen como mínimo un nivel que se corresponde al tercer grado de primaria en una escuela sueca, en lo que respecta a la lectura, la escritura y el cálculo. Tal vez a muchas personas en nuestro país no le parezca nada del otro mundo, pero en esta parte del planeta puede resultar decisivo para tus perspectivas de futuro.
Hemos iniciado un diálogo con la Universidad Católica del Perú para la validación de esta formación, lo que nos permitirá repartir un diploma a aquellos que culminen el programa. Creemos que ello constituirá una motivación adicional para los alumnos, además de una adecuada certificación que mostrar a la hora de buscar empleo.
- Nos has esbozado un proyecto ambicioso y una atractiva visión, pero ¿cómo ha sido este viaje personalmente para ti?
- ¡Muy enriquecedor! He tenido ocasión de aprender tantas cosas que jamás hubiera imaginado y de conocer a tantas personas altamente calificadas que albergo la genuina esperanza de que nos encaminamos todos hacia un mundo mejor. No voy a negar que no me haya despertado muchas veces en mitad de la noche dudando de que fuéramos capaces de sacar adelante un proyecto de esta magnitud y que contáramos con recursos económicos suficientes para llevarlo a buen puerto, pero siempre se ha impuesto la alegría y la energía que he tenido el privilegio de hallar en todos los implicados. Ahora hemos llegado a puerto, por lo menos al primero de ellos.
- ¿Y cuáles crees que son los siguientes pasos?
- Nos hemos involucrado actualmente con varios colectivos agrícolas en una las zonas más vulnerables de Perú, lo cual de por sí nos garantiza una apasionante experiencia. Si las cosas salen bien, podremos seguir agilizando el paso. Como ya he mencionado, también es importante la validación de conocimientos por parte del ente universitario en lo que concierne al efecto del aprendizaje. Luego está la traducción de la aplicación al portugués. Como puedes comprobar, queda mucho por hacer.
- Supongo que lo del portugués se debe a su intención de establecerse en Brasil... Cuéntanos un poco más
- Tenemos un gran colectivo hispanohablante, por ejemplo, en Estados Unidos. Creemos que puede resultar interesante para las familias, lo que supone un potencial desafío para nosotros.
- Para finalizar, quisiera manifestarte la alegría que me provoca este proyecto y agradecerte que hayas participado en la entrevista. No ha resultado tan duro, ¿verdad?
- No. Ha sido muy agradable, pero debes tener en cuenta que nunca he buscado ningún tipo de atención sobre mi persona al respecto, ni tampoco he tenido necesidad de ello. Ya tengo una cierta edad y hago esto para poder dotar al proyecto de los recursos que merece. Necesitamos a más personas empujando la bola de nieve, así que muchas gracias por anticipado a todos los lectores de esta entrevista.
La entrevista con Gert fue realizada en el 2017.